Entramos a Marzo y el que puede ser un mes complicado con desafíos grises podría convertirse en un mes colorido a la espera del otoño con una nueva pluma en tu bolsillo o sobre tu escritorio.
El 23 de enero se celebró en Chile y en todo el mundo el Día de la Escritura mano. Quizá la versión criolla fue una versión austera con una pequeña cantidad de adeptos y adeptas; pero también es seguro que somos más de los que pensamos.
Leí un artículo de un filósofo, Carlos Gonzalez, donde contaba que la escritura a mano es un ejercicio donde se une nuestra corporalidad con la psique, que es ahí donde alimentamos la capacidad de comprender el mundo. También decía Gonzalez, que el escribir a mano, nos permite recuperar nuestro tiempo, dado que en la actualidad la inmediatez está sobrevalorada.
Escribir a mano es un espacio de auto-cuidado y placer que genera luz en zonas cerebrales que necesitamos que se iluminen y que nos obliga a tener tiempo de calidad. Te hacemos la invitación a convertirte en la revolución y servir de ejemplo para las próximas generaciones. Personalmente me ha pasado que cuando ven que escribo con pluma fuente, muchas personas se entusiasman a intentarlo.
¿Esto se puede hacer con un lápiz convencional? Claro, pero ¿Sabes qué? En general, el lápiz “pasta” requiere que presiones la punta sobre el papel para poder dejar la huella que necesitas para tomar apuntes o dibujar, mientras que una pluma fuente solo necesita un mínimo de contacto con el papel para comenzar a escribir y esto es súper bueno para no agotar los músculos de la mano, evitando lesiones y haciendo más placentera la tarea.
Además, con la pluma fuente hay cientos de colores de tinta con la que puedes personalizar tu escritura y si tienes más de una pluma, también es muy bueno cargarlas con diferentes colores para categorizar tus ideas y proyectos.
Enseñémosle a las futuras generaciones, que la vida con pluma, papel y tinta es simple, es emocionante y que escribirla es un desafío genial.
